Bueno, hoy les traigo una historia que escribí hace semanas. Esta vez no va a ser como la anterior, esta es más seria. Les haré un resumen... Se trata de cómo Bowser se enamoró de Peach. Digamos que... Un día mientras jugaba Super Princess Peach en mi computadora (mi Nintendo DS fue asesinado por mi pequeño primo) estaba en la última batalla luchando contra Bowser. Mientras jugaba, me acorde de Paper Mario donde Bowser casi se casa con ella y ahí pensé ''¿Y cómo repollos Bowser se habrá enamorado de Peach?'' y ¡BUM! Se me ocurrió hacer una historia con mi propia versión.
Quiero aclarar tres cosas: La primera, que esto es un One-shot, o sea, una historia de un solo capítulo.
La segunda, esta historia no va a estar narrada al estilo teatral, que es como está escrita la anterior, sino al estilo así de novela (no se cómo se llama xD)
Y La tercera pues... que es una de las primeras historias que escribo (Bueno, yo siempre he escrito, pero casi nunca termino mis historias porque nunca se me ocurre un buen final), así que posiblemente haya cosas que no tienen sentido o cosillas que estén mal redactadas, así que como soy algo... ''principiante'' les ruego que tengan paciencia.
Bueno mis queridos jóvenes aventureros, aquí les dejo la historia.
Era de noche en el Reino de los Koopas, y su rey cada vez estaba más desesperado y preocupado.
Éste yacía con la vista en blanco en el salón del trono, que tenía paredes de ladrillos grises, una gran alfombra roja cubriendo el suelo, unos pequeños escalones que conducían a un enorme trono rojo con pinchos y fosas de lava a cada lado
El rey Bowser estaba sentado sobre su trono con la mirada perdida, pensando en qué hacer ya que su reino cada vez tenía menos habitantes debido a que la mayoría de sus súbditos estaban en desacuerdo con sus mandatos y poco a poco se fueron yendo todos... Y no hay reino si no hay a quiénes gobernar...
De pronto, un koopa de pequeño tamaño en comparación al rey, que vestía una larga túnica azul y tenía un cetro en la mano, se dirigía corriendo hacia su rey con preocupación.
—¡Rey Bowser!— gritó Kamek haciendo que su rey despertara de su trance.
—¿Qué sucede?— preguntó el rey algo sobresaltado.
—¡Le tengo malas noticias
—¿Ahora qué pasó?—preguntó Bowser mientras apoyaba su cabeza en una de sus manos
—¡La población ha disminuido! ¡Sólo nos quedan 622 habitantes! ¡Y el número sigue bajando!
—¡¿QUÉ?!—rugió Bowser.—¡¡Pero la semana pasada quedaban más de 1000!!
—¡¡Lo sé!!—dijo Kamek preocupado.—¿Qué vamos a hacer ahora?
—N-no lo sé...
Ambos se quedaron en silencio. De repente, Kamek tuvo una idea.
—Oiga... Sabe que existen algunos reinos vecinos ¿no?
—Sí...
—Y tienen muchos habitantes ¿verdad?
—¿Qué intentas decirme, Kamek?
—Que tal vez... Usted pueda dominar uno de esos reinos...
—¿Tú crees?
—¡Pues claro! ¿Cómo el gran y poderoso Rey Bowser no podría conquistar un reino?
—...¡Tienes razón! ¡Kamek, eres un genio!
—Entonces... ¿Qué piensa hacer ahora?
Bowser estuvo pensativo un momento, pero luego una maliciosa sonrisa se formó en su rostro.
—¡Kamek! ¡Llama a Lakitu! ¡AHORA!
—S-sí señor...—dijo Kamek asustado
Kamek se fue corriendo apresurado a buscar a Lakitu. Cuando llegó, entró sin tocar la puerta a una de las habitaciones.
—Lakitu... ¿Estás aquí? El Rey Bow-- ¡¿EHH?!
Lakitu estaba viendo una revista playboy sentado en suelo, junto a otra pila de revistas del mismo tipo y con hilos de sangre cayendo de su nariz. Al ver a Kamek, se sonrojó debido a la vergüenza.
—¡¡AHH!! ¡¿Q-Qué demonios haces aquí?! ¡¿Por qué no tocaste la puerta?!
—L-lo siento... es que... ¡Espera un momento! ¿Qué haces viendo esas revistas? ¡Hoy te toca estar de guardia!
—Y-yo... es que...
—¿Sabes qué? Mejor explícame luego. El Rey Bowser te está buscando.
—Ah... Bueno ya voy.
Lakitu guardó las revistas, se ontó en su nube y siguió a Kamek hasta el salón del trono. Ambos llegaron y Kamek se disponía a retirarse del salón del trono, pero Bowser lo detuvo.
—Kamek, quédate aquí.
El mencionado se dio media vuelta y se paró junto a Lakitu frente a su rey.
—¿P-para qué me llamaba, su alteza?—preguntó Lakitu nervioso.
—Voy a encargarles un trabajo.
—Y... ¿De qué trata?—preguntó Kamek.
—Como ustedes tienen habilidades para volar, les voy a pedir que sobrevuelen los reinos vecinos y que averigüen la cantidad de habitantes y condiciones de éstos.
—Pero rey... nos tomará unos días...
—No me importa, sólo háganlo.
—Sí señor...
Ambos asintieron y salieron rápidamente del salón del trono. Lakitu fue a buscar a su querida nube para vuelos especializados y Kamek fue a alistar su escoba. Al día siguiente ambos partieron, cada uno de una dirección distinta
Una semana más tarde, Kamek y Lakitu llegaron con los datos requeridos y fueron juntos al salón del trono.
—¡Señor! ¡Tenemos los datos que nos solicitó!—dijo Kamek junto a Lakitu.
—Bien, ahora díganme, ¿Cuál es el mejor reino?
—Hay un... pequeño empate de tres...—dijo Lakitu.
—Bah, no importa, sólo quiero saber el número de habitantes, la economía y la seguridad de cada uno.
—Bueno, cójalo usted mismo—dijo Kamek entregándole una libreta al rey.
Bowser chequeó la libreta. Estaba los reinos Sarasaland, el Mushroom Kingdom y el Reino del Mar. Según las estadísticas, el mejor reino en todos los ámbitos era el Mushroom Kingdom. Finalizada su desición, Bowser sonrió con picardía y le devolvió la libreta a Kamek.
—Así que... ¿Cuál elige?—preguntó Lakitu.
—El Mushroom Kingdom es el mejor sin duda.
Lakitu y Kamek asintieron simultáneamente. Pero luego, Kamek mostró confusión en su rostro.
—¿Y ahora qué haremos?—preguntó Kamek.
Bowser sonrió cínicamente y con voz siniestra contestó.
—Ahora sólo hay que crear un buen plan para dominar el Mushroom Kingdom—dijo el rey para luego reírse con una malévola sonrisa en su rostro.
